Sigo con mis viajes y pequeñas anécdotas, espero que gusten.
Después de varios años haciendo viajes con cemento para puertos de Florida (USA), me tocó cargar un cemento especial que usaban para las perforaciones que se hacen en busca de crudo (petróleo); en las bodegas 3 y 5, cargaríamos el cemento usual y en la bodega 1 este tipo cemento, cuya particularidad era que no le podía dar el aire ni la luz.
Como la carga era por tubería y con la bodega
cerrada, no habría ningún problema y una vez finalizada había que cubrirlo con
plástico para evitar que le diese el aire.
Nos explicaron que con este cemento se cubría la
perforación hecha por los taladros y que no podía perder sus propiedades y que
era mucho mas caro.
La adaptación de la bodega 1 de los buques
CASTILLO DE JAVIER y del CASTILLO DE MONTERREY, fue un bodrio desde su
concepción; tenía 4 tolvas, 2 a cada banda, y una vez se descargaba el cemento
que tenía sobre ellas, todo lo demás había que ayudarse con alguna máquina
(fronted loader) para situarlo sobre la tolva y que pudiese ser aspirado para
su descarga.
También hay que explicar que durante el viaje, el
cemento se compacta y la montaña que quedaba en el centro de la bodega tenía
una altura de unos 18 metros y un talud de más de 60 grados.
¿Cómo sabiendo que esto ocurría se fletaba en
estas condiciones?, pues una vez descargadas las primeras mil toneladas, de las
cuatro mil que había en la bodega, teníamos que abrirla y meter la máquina para
poder seguir la descarga.
Una vez terminada la descarga del cemento
transportado en las bodegas 3 y 5, en los puertos de Port Cañaveral y Port
Everglades, recibimos instrucciones de proceder a Nola utilizando el Mr. Go.
Channel para descargar el cemento especial que llevábamos en la bodega 1.
En la foto anterior, antes de la llegada a New Orleans.
Nola lo entendía bien, New Orleans Luisiana, pero
el Mr. Go. Channel no aparecía por ningún sitio; después de buscarlo durante un
buen rato entre todos los oficiales y no encontrarlo, mandé un fax a los
Agentes de Nola para que me explicaran donde estaba ese canal.
Al rato llegó la contestación con la explicación,
y estaba bien claro, Mississippi River Golf Outlet Channel, ¿cómo no nos
daríamos cuenta?.
Antes de llegar a la entrada del canal, debíamos
navegar por una zona restringida, debido al poco calado, y con los arrastreros
al costado del buque, como puede verse en la foto anterior.
Este canal es bastante más estrecho que el Río
Mississippi y con menos calado, pero no me preocupó mucho ya que se navegaba
con práctico a bordo y suelen ser buenos, aunque al llevar solamente carga en
la bodega 1, el buque iba algo aproado y como es lógico más difícil de gobernar
que si fuera apopado.
Al llegar a la entrada, había pesqueros
arrastrando, por lo que avisé a la Máquina para que cambiaran a las tomas altas
de agua para evitar obstrucciones por el pescado y por lo tanto perdida de
refrigeración de los motores principales y parada de los mismos.
Este canal es mucho más estrecho que el Río
Mississippi, por ello cuando transitan por el mismo buques de grandes eslora y
manga, no permiten navegar a pequeñas embarcaciones, sobre todo a las
deportivas, el motivo es que el avance del buque, que navega a toda máquina,
arrastra el agua del canal y se ve como en las orillas hay unas bajadas del
nivel del agua de más de 2 metros.
Esa ola que se levanta al descender el nivel e inmediatamente
volver a subir puede hacer que vuelquen embarcaciones pequeñas.
En la foto anterior se puede apreciar lo cerca
que se pasa de otra barcos cuando nos cruzábamos con ello, aparece mi hijo
Jorge, que hizo el viaje ese verano.
Con práctico a bordo, empezamos a subir por el
canal, me pareció muy estrecho y pensé que no habría cruces con otro barco, craso
error, ya que poco tiempo después apareció otro buque que bajaba por el canal y
con el que nos cruzaríamos en breves momentos.
Como es lógico, no perdía ni una sola de las
instrucciones que daba el práctico; cuando nos encontrábamos a unos 500 metros
de distancia, y navegando ambos buque por el centro del canal y aprobados, el
práctico dio la orden siguiente, "TODO A ESTRIBOR Y PARA MÁQUINA",
sin dar tiempo a explicaciones ordené "TODO A ESTRIBOR Y AVANTE
TODA", a lo que el práctico a solamente dijo "USTED ES EL
CAPITÁN".
Continúe dando órdenes hasta que terminamos de
cruzarnos los dos buques y entonces le comunique que si volvía él a tomar la
dirección de las operaciones del buque.
Como es lógico así fue y entonces le expliqué por
que había actuado así; el haber dado órdenes contradictorias a las del práctico
suponía para mi asumir la navegación y todas las responsabilidades que ello
traía consigo, dejando el práctico libre de toda culpa.
En primer lugar como capitán del buque y sin
haberme movido de los cementeros nunca, los conocía muy bien, y al parar
máquina, la hélice de paso reversible, quedaba en paso cero pero girando a las
mismas revoluciones, por lo que actuaba como un freno haciéndonos perder el
gobierno del buque y ésto al encontrarnos en un canal lo que haría es llevar la
proa al centro del canal y a colisionar contra el otro buque.
Lo entendió perfectamente y continuamos hasta el
atraque en NOLA, New Orleans, para los amigos.
Una vez atracados conectamos la manguera para
descargar y como se trataba de un cemento tan especial, no mandaron hacer una descarga
de 15 toneladas y parar, para analizar el cemento y ver si tenía las cualidades
que se requerían.
En la foto anterior una vista de la zona donde
atracamos en New Orleans.
Hicimos varias descargas de unas 15 toneladas y a
la cuarta nos dieron órdenes de seguir la descarga sin parar pues el cemento
era el requerido y en condiciones óptimas.
Cuando descargamos unas 1.000 toneladas métricas aproximadamente,
las tolvas se quedaron sin cemento encima de ellas, como expliqué al principio
y por lo tanto la descarga parada.
Aquí empezamos las discusiones con el personal de
la terminal de cemento, pues hacían mucho hincapié en que si le daba el aire y
la luz, el cemento perdería todas sus cualidades y nosotros que si no habríamos
la bodega y metíamos un máquina no podíamos seguir la descarga.
Al final hubo que quitar los plásticos, meter la
máquina y seguir descargando con la bodega abierta. Lo que comentaba
anteriormente, en Madrid fletaban el barco de cualquier manera y nosotros
apechugábamos con las consecuencias.
Desconozco que ocurrió después, pues si se
estropeó el cemento habría reclamaciones, lo que si puedo decir es que no se
llevó cemento a Nola.
Espero que sirva de entretenimiento y hasta una
próxima historia.
Capitán Rogelio Garcés
Una experiencia la tuya muy interesante y muy bien explicada y resuelta. Gracias y un saludo.
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