Hace unos pocos
días, comentando con un amigo algo menor que yo (sólo 6 años) de las
condiciones en que se navegaba en aquella época, me vinieron a la memoria
numerosas situaciones tanto de tipo profesional como humano que me parecen
dignas de ser recordadas, aunque solo sea por la satisfacción de volver a
sentirme más joven retrocediendo en el túnel del tiempo.
Recuerdo
perfectamente que mi padre me advirtió
cuando le dije que quería ser marino, que Málaga no era una ciudad donde la
profesión de marino tuviese mucha salida, ya que -a pesar de ser puerto de mar-
aquí no existían empresas navieras que empleasen a personal de Málaga y,
efectivamente, así sucedió. Un año y tres meses me los pasé contando las
baldosas del parque junto a mi amigo
Rafael Moreno que también había obtenido su flamante título de Alumno de
Máquinas.
Vapor "Cabo Huertas" de la Cía. Ybarra
El tema del
embarque estaba fatal. A parte de echar todas las solicitudes de embarque
posibles a las diferentes Compañías que figuraban en el Registro de Buques,
nuestro cometido diario era dar un recorrido por el puerto malagueño para
comprobar si teníamos la remota suerte de encontrar algún barco que no tuviese
la plaza de Alumno cubierta, pero un día tras otro, “nanay de la china”. Mi
amigo Rafael tuvo más suerte, ya que los Alumnos de Máquinas estaban más
solicitados y por lo tanto contó la mitad de baldosas del parque malagueño que
yo. Encontró embarque si mal no recuerdo en el “Cabo Huertas” de la Compañía
Ybarra; no tuvo mucha suerte porque a los pocos meses se vio obligado a
desembarcar debido a que perdió la falange de un dedo cuando tomaba la
temperatura de los cigüeñales a la vieja usanza, gajes del oficio. No obstante
recuerdo que no permaneció desembarcado mucho tiempo a causa de dicho
accidente.
A mi manera de
entender, pienso que la flota española aunque vieja, era bastante numerosa. Si
empiezo a enumerar los nombres de las distintas Compañías que aparecen en mi
memoria suman bastantes; las más
nombradas AZNAR e YBARRA que se encargaban de mantener el tráfico de cabotaje
cuando las carreteras españolas eran casi intransitables y el transporte
terrestre casi no existía. Amén de
algunos buques más modernos que hacían viajes a Sudamérica, como el “Cabo San
Roque” y el “Cabo Buena Esperanza” dedicados casi exclusivamente al transporte
de emigrantes.
Recuerdo a CAMPSA,
la del monopolio del petróleo, vulgarmente conocida como “la Lechera” porque lo
único que hacía era repartir los productos elaborados en la refinería de Escombreras
al resto de puertos españoles. Era una de las Compañías más deseadas porque los
salarios resultaban más elevados por aquello de transportar productos
inflamables. Tengo en mi recuerdo a mi gran amigo Blas Manuel López Archivel
que llegó a ejercer el mando en buques de dicha Compañía durante bastantes
años.
Vapor "Cabo Buena Esperanza" de la Cía Ybarra
TRASATLANTICA, era
una de las mejores consideradas por su flota y por sus viajes, con su buque
insignia “Marqués de Comillas” en honor a su fundador que, según las “buenas
lenguas”, hizo su fortuna traficando con negreros. Para poder formar parte de
la oficialidad en esta Compañía era necesario poseer el titulo de mayor rango,
o sea, Capitán o Jefe de Máquinas, aunque ocupases plaza de tercer oficial o
tercer maquinista, por supuesto muy difícil de embarcar en aquel entonces,
aunque a ellos también les llegó el turno de las vacas flacas y se vieron
obligados a cambiar las normas tan estrictas que tenían.
Vapor "Marqués de Comillas" de la Cía. Trasatlántica
La
TRANSMEDITERRANEA, siempre considerada como buques correos, ya que tenía esa exclusiva
de transportar pasajeros y correspondencia entre los distintos puertos
españoles hasta los más alejados de Guinea, pasando por Canarias. Compañía
cómoda desde el punto de vista familiar ya que cada cual amoldaba su vida de
acuerdo a la línea que le habían asignado y también de acuerdo a esa línea la
posibilidad de hacer más o menos “faifa” como vulgarmente se conocía el
contrabando con minúscula.
ELCANO. Compañía
estatal formada inicialmente con los buques requisados durante la Guerra Civil
al enemigo, naturalmente posteriormente fue incrementando su flota
rápidamente hasta convertirse en una
Compañía con la flota más numerosa. Todos sus buques llevaban el nombre de
“CASTILLOS” españoles. Como no podía ser de otra manera los viajes que hacían
resultaban de los más rentables desde el punto de vista del comercio marítimo y
codiciada por cualquier marino, dado que a los salarios fijos establecidos de
forma oficial se le sumaban los sobordos y sobordillos, que era un porcentaje
del flete a repartir entre los tripulantes que efectuaban el viaje y que
diferían si los viajes se efectuaban a puertos extranjeros o a puertos
españoles.
Otras de menor
categoría recuerdo a la PINILLOS de Cádiz, que tenía línea regular entre las
Islas Canarias y algunos puertos españoles; en ella efectuó sus prácticas de
Alumno mi amigo Rafael Lara y donde llegó a alcanzar el título de Rey del
Duragloss (como puedes comprobar amigo Rafa, si me lees, no te olvido).
Otra de las más
extrañas a mi manera de ver, fue la Cía. Axpe
de Sevilla que, de tener unos buques que resultaban barquitos de madera
donde se jugaba uno la vida cada viaje que efectuaba, aparece de repente con
una moderna flota de motonaves, pero que con solo ver la fotografía del General
García Valiño colocada en la Cámara de Oficiales daba a entender de forma
patente que para progresar en el
comercio marítimo era necesario tener padrinos de cierta envergadura.
Comenzaron a
aparecer Armadores de nuevo cuño que con las facilidades que daba el Estado
para construir buques con unos préstamos muy favorables, se atrevían a
iniciarse en el negocio del transporte marítimo, pero su inexperiencia en este
terreno les hacía desaparecer a la misma velocidad que habían aparecido. Por
aquella época, si mal no recuerdo, corría el rumor que la familia FRANCO tenía
negocios marítimos en nuestro país
vecino, coincidiendo con que el Ministro de Asuntos Exteriores de España en
Portugal era Nicolás Franco, hermano del Caudillo. Esos rumores se acrecentaron
debido a que una de las más modernas motonaves portuguesa (cuyo nombre no
recuerdo) fue secuestrada por un loco terrorista, y España colaboró en la
solución del conflicto enviando al CANARIAS
de nuestra armada española.
Este relato sería
interminable si no dejo en el tintero algunas Compañías y buques que tengo en
mi memoria, que me perdone el Sr, Botín (q.e.p.d.) por no mencionar a la Cía.
PEREDA de Santander y muchas otras, pero
quiero dejar un pequeño espacio para los más viejos del mar: Para la ASTUR LINE, ese conglomerado de
Compañías que la formaban y que por su estado, por carecer ya seguramente de
letra clasificatoria en cualquiera de las Sociedades como Lloyds o Bureau, no
tenían más remedio que dedicarse al transporte del carbón. La energía española
por excelencia, la que servía para alimentar a los Altos Hornos, a las
Térmicas, a los Ferrocarriles, saliendo cargados de las puertos asturianos de
Gijón, Avilés, San Esteban…… al resto de puerto españoles a la velocidad de
ocho nudos, buques que casi ninguno
recordaba su fecha de construcción y cuyas tripulaciones con unos sueldos de
miseria se jugaban la vida cada singladura. Pero ese tema los dejaremos para
otra ocasión.
Capitán A. de Bonis
Vapor "Cabo Huertas" de la Cía. Ybarra
Vapor "Cabo Buena Esperanza" de la Cía Ybarra
Vapor "Marqués de Comillas" de la Cía. Trasatlántica