sábado, 16 de mayo de 2015

……. A LA GLORIOSA MARINA MERCANTE ESPAÑOLA DE LOS AÑOS 50.

Hace unos pocos días, comentando con un amigo algo menor que yo (sólo 6 años) de las condiciones en que se navegaba en aquella época, me vinieron a la memoria numerosas situaciones tanto de tipo profesional como humano que me parecen dignas de ser recordadas, aunque solo sea por la satisfacción de volver a sentirme más joven retrocediendo en el túnel del tiempo.
Recuerdo perfectamente  que mi padre me advirtió cuando le dije que quería ser marino, que Málaga no era una ciudad donde la profesión de marino tuviese mucha salida, ya que -a pesar de ser puerto de mar- aquí no existían empresas navieras que empleasen a personal de Málaga y, efectivamente, así sucedió. Un año y tres meses me los pasé contando las baldosas del parque  junto a mi amigo Rafael Moreno que también había obtenido su flamante título de Alumno de Máquinas.
Vapor "Cabo Huertas" de la Cía. Ybarra

El tema del embarque estaba fatal. A parte de echar todas las solicitudes de embarque posibles a las diferentes Compañías que figuraban en el Registro de Buques, nuestro cometido diario era dar un recorrido por el puerto malagueño para comprobar si teníamos la remota suerte de encontrar algún barco que no tuviese la plaza de Alumno cubierta, pero un día tras otro, “nanay de la china”. Mi amigo Rafael tuvo más suerte, ya que los Alumnos de Máquinas estaban más solicitados y por lo tanto contó la mitad de baldosas del parque malagueño que yo. Encontró embarque si mal no recuerdo en el “Cabo Huertas” de la Compañía Ybarra; no tuvo mucha suerte porque a los pocos meses se vio obligado a desembarcar debido a que perdió la falange de un dedo cuando tomaba la temperatura de los cigüeñales a la vieja usanza, gajes del oficio. No obstante recuerdo que no permaneció desembarcado mucho tiempo a causa de dicho accidente.
A mi manera de entender, pienso que la flota española aunque vieja, era bastante numerosa. Si empiezo a enumerar los nombres de las distintas Compañías que aparecen en mi memoria suman  bastantes; las más nombradas AZNAR e YBARRA que se encargaban de mantener el tráfico de cabotaje cuando las carreteras españolas eran casi intransitables y el transporte terrestre casi no  existía. Amén de algunos buques más modernos que hacían viajes a Sudamérica, como el “Cabo San Roque” y el “Cabo Buena Esperanza” dedicados casi exclusivamente al transporte de emigrantes.
Recuerdo a CAMPSA, la del monopolio del petróleo, vulgarmente conocida como “la Lechera” porque lo único que hacía era repartir los productos elaborados en la refinería de Escombreras al resto de puertos españoles. Era una de las Compañías más deseadas porque los salarios resultaban más elevados por aquello de transportar productos inflamables. Tengo en mi recuerdo a mi gran amigo Blas Manuel López Archivel que llegó a ejercer el mando en buques de dicha Compañía durante bastantes años.
Vapor "Cabo Buena Esperanza" de la Cía Ybarra

TRASATLANTICA, era una de las mejores consideradas por su flota y por sus viajes, con su buque insignia “Marqués de Comillas” en honor a su fundador que, según las “buenas lenguas”, hizo su fortuna traficando con negreros. Para poder formar parte de la oficialidad en esta Compañía era necesario poseer el titulo de mayor rango, o sea, Capitán o Jefe de Máquinas, aunque ocupases plaza de tercer oficial o tercer maquinista, por supuesto muy difícil de embarcar en aquel entonces, aunque a ellos también les llegó el turno de las vacas flacas y se vieron obligados a cambiar las normas tan estrictas que tenían.
Vapor "Marqués de Comillas" de la Cía. Trasatlántica

La TRANSMEDITERRANEA, siempre considerada como buques correos, ya que tenía esa exclusiva de transportar pasajeros y correspondencia entre los distintos puertos españoles hasta los más alejados de Guinea, pasando por Canarias. Compañía cómoda desde el punto de vista familiar ya que cada cual amoldaba su vida de acuerdo a la línea que le habían asignado y también de acuerdo a esa línea la posibilidad de hacer más o menos “faifa” como vulgarmente se conocía el contrabando con minúscula.
ELCANO. Compañía estatal formada inicialmente con los buques requisados durante la Guerra Civil al enemigo, naturalmente posteriormente fue incrementando su flota rápidamente  hasta convertirse en una Compañía con la flota más numerosa. Todos sus buques llevaban el nombre de “CASTILLOS” españoles. Como no podía ser de otra manera los viajes que hacían resultaban de los más rentables desde el punto de vista del comercio marítimo y codiciada por cualquier marino, dado que a los salarios fijos establecidos de forma oficial se le sumaban los sobordos y sobordillos, que era un porcentaje del flete a repartir entre los tripulantes que efectuaban el viaje y que diferían si los viajes se efectuaban a puertos extranjeros o a puertos españoles.

Otras de menor categoría recuerdo a la PINILLOS de Cádiz, que tenía línea regular entre las Islas Canarias y algunos puertos españoles; en ella efectuó sus prácticas de Alumno mi amigo Rafael Lara y donde llegó a alcanzar el título de Rey del Duragloss (como puedes comprobar amigo Rafa, si me lees, no te olvido).
Otra de las más extrañas a mi manera de ver, fue la Cía. Axpe  de Sevilla que, de tener unos buques que resultaban barquitos de madera donde se jugaba uno la vida cada viaje que efectuaba, aparece de repente con una moderna flota de motonaves, pero que con solo ver la fotografía del General García Valiño colocada en la Cámara de Oficiales daba a entender de forma patente  que para progresar en el comercio marítimo era necesario tener padrinos de cierta envergadura.
Comenzaron a aparecer Armadores de nuevo cuño que con las facilidades que daba el Estado para construir buques con unos préstamos muy favorables, se atrevían a iniciarse en el negocio del transporte marítimo, pero su inexperiencia en este terreno les hacía desaparecer a la misma velocidad que habían aparecido. Por aquella época, si mal no recuerdo, corría el rumor que la familia FRANCO tenía negocios marítimos  en nuestro país vecino, coincidiendo con que el Ministro de Asuntos Exteriores de España en Portugal era Nicolás Franco, hermano del Caudillo. Esos rumores se acrecentaron debido a que una de las más modernas motonaves portuguesa (cuyo nombre no recuerdo) fue secuestrada por un loco terrorista, y España colaboró en la solución del conflicto enviando al CANARIAS  de nuestra armada española.
Este relato sería interminable si no dejo en el tintero algunas Compañías y buques que tengo en mi memoria, que me perdone el Sr, Botín (q.e.p.d.) por no mencionar a la Cía. PEREDA de Santander y  muchas otras, pero quiero dejar un pequeño espacio para los más viejos del mar:  Para la ASTUR LINE, ese conglomerado de Compañías que la formaban y que por su estado, por carecer ya seguramente de letra clasificatoria en cualquiera de las Sociedades como Lloyds o Bureau, no tenían más remedio que dedicarse al transporte del carbón. La energía española por excelencia, la que servía para alimentar a los Altos Hornos, a las Térmicas, a los Ferrocarriles, saliendo cargados de las puertos asturianos de Gijón, Avilés, San Esteban…… al resto de puerto españoles a la velocidad de ocho nudos, buques que casi  ninguno recordaba su fecha de construcción y cuyas tripulaciones con unos sueldos de miseria se jugaban la vida cada singladura. Pero ese tema los dejaremos para otra ocasión.


Capitán A. de Bonis