martes, 18 de abril de 2017

Y POR FIN LLEGÓ EL MANDO Nº 4

Al comienzo de los temas “Y POR FIN LLEGÓ EL MANDO”, decía que una de las piezas fundamentales en la documentación del buque resultaba ser el Diario de Navegación, rebautizado por mí por Biblia (sin ánimo por mi parte de contradecir al Código  de Comercio). Este junto con el Cuaderno de Bitácora, son los dos libros donde suele anotarse todo cuanto sucede a bordo de un buque. En el de Bitácora solo se anotan los hechos relacionados con la navegación. Se rellena al final de cada guardia de mar por el oficial de turno y normalmente se encuentra en el Cuarto de Derrota. Este departamento es un habitáculo que se encuentra junto al Puente de Mando, hoy en día en los barcos modernos ya se incluye en los Puentes una mesa apropiada donde se depositan las cartas de navegación y ya no resulta necesario disponer de un departamento especial. Cada oficial como he mencionado anteriormente,  al finalizar su guardia que suele ser de cuatro horas, anota en el Cuaderno los rumbos a los cuales se ha navegado y las horas de cambio, el estado de la mar  y la dirección y fuerza del viento, el celaje, la situación del buque si se ha hecho alguna observación astronómica cuando se navega lejos de la costa o por marcaciones si se navega a la vista de la misma. Si el oficial en cuestión se siente un poco romántico escribe algo poético relacionado con el atardecer o amanecer, pues siempre el color del celaje da indicios  del tiempo que se avecina, o bien puede copiarlo del calendario zaragozano del año en curso. Todo esto después el Capitán lo transcribe al Diario de Navegación ya que es él quien lo maneja, y añade en la pagina destinada a acaecimientos todo cuanto considere necesario de su interés por si se diese el caso de tener que formular alguna “PROTESTA” a la llegada a puerto, o simplemente porque desee expresar su punto de vista. 

Hay capitanes que suelen hacer protestas de mar cada viaje por si las moscas de cara al seguro. Estas protestas se formalizan en el juzgado de guardia a la llegada a puerto. Para ello, después de narrar todo lo que el Capitán ha considerado conveniente, se finaliza con una coletilla en la cual se protesta contra todo lo protestable, contra el mal tiempo, contra los cargadores, contra todo, como he dicho antes la culpa es de todos menos del buque y de su Capitán. Esto, yo como Capitán siempre lo he considerado una paradoja desde el punto de vista que para formular una protesta nunca se exige la firma de una persona que corrobore todo cuanto el Capitán expone, pienso que lo lógico sería la firma al menos de un oficial del buque. Todo esto que acabo de contar tiene tela marinera. Se han producido muchos abusos que han llevado a las casas aseguradoras a tener que tomar medidas espaciales, como tomar fotografías de forma clandestina en el momento en que el buques se hacía a la mar, para demostrar de forma rotunda que la mercancía que el Capitán decía haber embarcado en cubierta y que se llevó el temporal, nunca fue embarcada. Todo esto para mí aún hoy día me resulta bochornoso. En este sentido, quitando al Sr. Inspector que quería que se anotase en el Diario hasta un vaso de agua roto a causa del mal tiempo, la Compañía nunca ha ejercido presión para que se anotase de una forma u de otra. Yo, como es natural, a lo largo de 23 años de mando he tenido la ocasión de hacer algunas y considero que siempre han sido justificadas y ya irán saliendo a la luz a medida que vaya narrando los acontecimientos que las originaron.

Volviendo al Cuaderno de Bitácora y al Cuarto de Derrota. Una de las anotaciones más importante que se efectúan en el Cuaderno de Bitácora es la “Presión Barométrica” ya que resulta ser el dato más significativo relacionado con el pronóstico del tiempo. Recuerdo a mi amigo José Agrédanos , que era una persona que estaba obsesionada con el barómetro, no pasaban cinco minutos sin que entrara en el Cuarto de derrota para comprobar si no había experimentado alguna alteración alarmante. La presión normal es de 1013 milibares, si el barómetro sube por encima de esta indica que entramos en zona de altas presiones lo cual es signo de buen tiempo, si sucede lo contrario y baja es que entramos en zona de bajas presiones lo cual conlleva mal tiempo y sobre todo lo importante es la rapidez con lo cual se efectúen los cambios. La presión barométrica al igual que la temperatura, tiene una oscilación diaria que muestra una máxima y una mínima en 24 horas, en el caso de la presión la oscilación es el doble y se llama marea barométrica, o sea, que se producen dos máximas y dos mínimas. Hoy día las cadenas de televisión nos muestran de forma exhaustiva este  tema de las altas y bajas presiones, por cuyo motivo la gente ya no resulta tan profana cuando se habla de esta materia y saben de antemano cuando tienen que salir a la calle provistas de paraguas y de chubasqueros.

En zonas donde suelen producirse Ciclones, Huracanes, Tifones que son fenómenos meteorológicos idénticos pero que cambian de nombre de acuerdo con la zona en la cual se producen, la vigilancia de la lectura barométrica debe ser casi continua. En el Caribe, zona que yo he frecuentado bastante toman el nombre de Ciclones, la época del año en que suelen producirse son entre los meses de Junio y Diciembre. Antiguamente, siempre a los ciclones se les asignaba nombre de mujer por orden alfabético, o sea, que si se llamaba Daniela, significaba que era el cuarto ciclón de la temporada. Naturalmente, en esa época del año en que los ciclones se prodigan con más frecuencia, las emisoras de radio no paran de dar avisos concerniente a la formación y dirección de los mismos y a parte se extrema la vigilancia de todos los signos que denotan las proximidades de un ciclón, de acuerdo con lo que nos enseñaron en la Escuelas de Náutica, en la asignatura de Meteorología y Oceanografía, en mi caso, asignatura impartida por el Sr. Don Mario Vallejo, director del centro.

El Cuarto de Derrota solía ser un habitáculo anexo al Puente de Mando. Hoy en día los Puentes modernos son muy espaciosos y ya van incluidos en el mismo. Se llamaban así porque en él iba instalada una gran mesa donde se colocaba la carta de navegación de la zona por la cual se estaba navegando y a parte en los diferentes cajones se guardaban todas las cartas editadas por el Instituto Hidrográfico de la Marina de la costa española, así como derroteros, libros de faros, almanaque náutico, cronometro, sextante y todos los instrumentos necesarios para la navegación.
He hablado tanto del Diario de Navegación que no puedo decirle adiós a este tema sin añadir que cuando se habla de él, no se puede pensar que todo cuanto en él se escribe va misa, ya que está escrito por personas y las personas no siempre actúan de acuerdo con la verdad de los acontecimientos.
Sin más, hasta la próxima un saludo afectuoso para todos los lectores.


 Capitán A. de Bonis               

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