Por fin me decidí a participar en
el blog. Mi apreciado amigo Carlos Navarrete ya se cansó de recordármelo. Jaime
Rodríguez que lo abrió, insistió que me correspondía hacerlo, por ello,
probablemente, plasmó un óleo con mi firma en su inicio.
Y voy a intervenir después de
leer “Recordando para evitar el Alzheimer” de
mi viejo y querido amigo Arturo, con objeto de completar algunas
cosillas de sus recuerdos; así me servirá también a mí para desatascar el disco
duro, como él dice.
Efectivamente, fui en un principio a la
academia Madroñero como alumno. Años atrás había sido profesor mío en San
Agustín y se acordaba perfectamente de mi. Yo venía desilusionado de la Escuela
de Peritos Industriales y de la de Comercio, de sonoro nombre Escuela de Altos
Estudios Mercantiles, desilusionado porque ninguno cubría mis ansias de
libertad. Pronto me di cuenta que lo que allí se impartía me podía solucionar
mi problema económico, ya que lo tenía bastante difícil para mis gastos,
libros, viajes y estancia en Cádiz
Hablé con Madroñero. Sin decir
nada me llevó a un aula y me colocó frente al encerado. Dos o tres horas me retuvo preguntando y haciendo que
resolviera problemas.
Unos días después era “profesor”
de manera que con su sueldo y los alumnos que tenía en casa para otras
escuelas, más los que iban aumentando de
Náutica para los tres cursos, y a los de Máquinas, (excepto las asignaturas
específicas). me resolvieron el problema en toda la carrera.
Fueron compañeros y amigos,
grandes amigos, los “alumnos” que ahora recuerdo:(algunos ya hicieron su último
viaje) Octavio y José María Cañizares. José María Holgado Claros, José Luis
Rodríguez Cañero, Pepe Jáuregui, Santiago Llamas, Ignacio Ortega Ortigosa,
Félix Repiso, José A. Tentor –Al que
preparé de Física, nos examinamos el mismo día sacando él sobresaliente y yo
aprobado (En otra ocasión comentaré como fue) – Eduardo García Ruiz de la
Herrán, Luis Salvago, Parodi, y otros que se esconden en la memoria; además, a Antonio
Verdugo (bastante mayor que yo) le di clase a él solo y casi a escondidas
porque era inspector de una compañía y carecía de titulación superior….
Me quedan varias anécdotas
relacionadas con la memoria de Arturo de
Bonis; ahora terminaré con solo una más, porque inserta una foto de él con José
A. Tentor y Julio Pineda en la camareta de la Nao Santa María. Fotografía que
les hice yo en 1991.
La historia y todo lo que gira en
torno a dicha foto, es la siguiente:
En el año señalado, 1991 y
anterior, estaba preparando nueve óleos de gran formato de los nueve
acaecimientos más notables del Primer Viaje de Colón entresacados de su Diario
de Navegación, con objeto de presentarlo en la conmemoración del V Centenario
del Descubrimiento, en la Expo/92 de Sevilla.
La Real Academia de Bellas Artes
de San Telmo había recibido una nota preguntando qué iba a aportar Málaga para
dicho acontecimiento. Algunos Académicos que conocían mi proyecto,
extraoficialmente me lo propusieron. Por la Academia de Bellas Artes no prosperó, pero
lo tomó la antigua Sociedad de Ciencias y presentó los nueve óleos a los actos
del V Centenario. Posteriormente se exhibieron en la Delegación del Gobierno y
hace unos años en el Rectorado (Antiguo Correos).
Para tomar apuntes y fotografías
de las réplicas de las carabelas que estaban en Almería, nos fuimos allí Arturo
de Bonis, José A. Tentor, Julio Pineda y yo en mi flamante R-21, que estrenaba.
Hice la fotografía en la camareta
de la Santa María, que insertó Arturo, para pintar el momento que pudo cambiar
el curso de la Historia. Y lo pinté, pero como soy muy malo para el retrato, me
salió un churro. El parecido y la expresión de Julio Colón, es buena; pero el
de los hermanos Pinzón…..Eso sí; a los tres les dejé crecer el pelo y los vestí
con un atuendo que debía oler a moho. El
óleo ha estado durmiendo durante estos 21 años quizás esperando este momento.
Si Arturo no hubiese publicado la
fotografía, este cuadro se hubiera momificado conmigo.
Martín Alonso Pinzón –Arturo- es
el que está pronunciando la frase con que iba a titular la obra “AL GÜESUDOESTE
SEÑOR” como se deduce de la transcripción del Diario del Almirante:
Sábado 6 de octubre
Navegó su camino al Oeste o Güeste que es lo mismo. Anduvieron cuarenta
leguas entre día y noche. Contó a la gente treinta y tres leguas. Esa noche
dijo Martín Alonso que sería bien navegara la cuarta del güeste, a la parte del
sudoeste: y al Almirante pareció que no decía esto Martin Alonso por la isla de
Cipango, y el Almirante veía que si la erraban que no pusieran tan presto tomar
tierra firme y después a las islas.
Capitán MM Panamá Vicente Gómez Navas
Actual Presidente de este Círculo
Marítimo por la G.de D.
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