jueves, 21 de enero de 2016

CEMENTO PETROLERO


Sigo con mis viajes y pequeñas anécdotas, espero que gusten.

Después de varios años haciendo viajes con cemento para puertos de Florida (USA), me tocó cargar un cemento especial que usaban para las perforaciones que se hacen en busca de crudo (petróleo); en las bodegas 3 y 5, cargaríamos el cemento usual y en la bodega 1 este tipo cemento, cuya particularidad era que no le podía dar el aire ni la luz.


Como la carga era por tubería y con la bodega cerrada, no habría ningún problema y una vez finalizada había que cubrirlo con plástico para evitar que le diese el aire.

Nos explicaron que con este cemento se cubría la perforación hecha por los taladros y que no podía perder sus propiedades y que era mucho mas caro.

La adaptación de la bodega 1 de los buques CASTILLO DE JAVIER y del CASTILLO DE MONTERREY, fue un bodrio desde su concepción; tenía 4 tolvas, 2 a cada banda, y una vez se descargaba el cemento que tenía sobre ellas, todo lo demás había que ayudarse con alguna máquina (fronted loader) para situarlo sobre la tolva y que pudiese ser aspirado para su descarga.

También hay que explicar que durante el viaje, el cemento se compacta y la montaña que quedaba en el centro de la bodega tenía una altura de unos 18 metros y un talud de más de 60 grados.

¿Cómo sabiendo que esto ocurría se fletaba en estas condiciones?, pues una vez descargadas las primeras mil toneladas, de las cuatro mil que había en la bodega, teníamos que abrirla y meter la máquina para poder seguir la descarga.

Una vez terminada la descarga del cemento transportado en las bodegas 3 y 5, en los puertos de Port Cañaveral y Port Everglades, recibimos instrucciones de proceder a Nola utilizando el Mr. Go. Channel para descargar el cemento especial que llevábamos en la bodega 1.

 
En la foto anterior, antes de la llegada a New Orleans.

Nola lo entendía bien, New Orleans Luisiana, pero el Mr. Go. Channel no aparecía por ningún sitio; después de buscarlo durante un buen rato entre todos los oficiales y no encontrarlo, mandé un fax a los Agentes de Nola para que me explicaran donde estaba ese canal.

Al rato llegó la contestación con la explicación, y estaba bien claro, Mississippi River Golf Outlet Channel, ¿cómo  no nos daríamos cuenta?.


Antes de llegar a la entrada del canal, debíamos navegar por una zona restringida, debido al poco calado, y con los arrastreros al costado del buque, como puede verse en la foto anterior.

Este canal es bastante más estrecho que el Río Mississippi y con menos calado, pero no me preocupó mucho ya que se navegaba con práctico a bordo y suelen ser buenos, aunque al llevar solamente carga en la bodega 1, el buque iba algo aproado y como es lógico más difícil de gobernar que si fuera apopado.
Al llegar a la entrada, había pesqueros arrastrando, por lo que avisé a la Máquina para que cambiaran a las tomas altas de agua para evitar obstrucciones por el pescado y por lo tanto perdida de refrigeración de los motores principales y parada de los mismos.

Este canal es mucho más estrecho que el Río Mississippi, por ello cuando transitan por el mismo buques de grandes eslora y manga, no permiten navegar a pequeñas embarcaciones, sobre todo a las deportivas, el motivo es que el avance del buque, que navega a toda máquina, arrastra el agua del canal y se ve como en las orillas hay unas bajadas del nivel del agua de más de 2 metros.

Esa ola que se levanta al descender el nivel e inmediatamente volver a subir puede hacer que vuelquen embarcaciones pequeñas.


En la foto anterior se puede apreciar lo cerca que se pasa de otra barcos cuando nos cruzábamos con ello, aparece mi hijo Jorge, que hizo el viaje ese verano. 

Con práctico a bordo, empezamos a subir por el canal, me pareció muy estrecho y pensé que no habría cruces con otro barco, craso error, ya que poco tiempo después apareció otro buque que bajaba por el canal y con el que nos cruzaríamos en breves momentos.

Como es lógico, no perdía ni una sola de las instrucciones que daba el práctico; cuando nos encontrábamos a unos 500 metros de distancia, y navegando ambos buque por el centro del canal y aprobados, el práctico dio la orden siguiente, "TODO A ESTRIBOR Y PARA MÁQUINA", sin dar tiempo a explicaciones ordené "TODO A ESTRIBOR Y AVANTE TODA", a lo que el práctico a solamente dijo "USTED ES EL CAPITÁN".

Continúe dando órdenes hasta que terminamos de cruzarnos los dos buques y entonces le comunique que si volvía él a tomar la dirección de las operaciones del buque.

Como es lógico así fue y entonces le expliqué por que había actuado así; el haber dado órdenes contradictorias a las del práctico suponía para mi asumir la navegación y todas las responsabilidades que ello traía consigo, dejando el práctico libre de toda culpa.

En primer lugar como capitán del buque y sin haberme movido de los cementeros nunca, los conocía muy bien, y al parar máquina, la hélice de paso reversible, quedaba en paso cero pero girando a las mismas revoluciones, por lo que actuaba como un freno haciéndonos perder el gobierno del buque y ésto al encontrarnos en un canal lo que haría es llevar la proa al centro del canal y a colisionar contra el otro buque.

Lo entendió perfectamente y continuamos hasta el atraque en NOLA, New Orleans, para los amigos.

Una vez atracados conectamos la manguera para descargar y como se trataba de un cemento tan especial, no mandaron hacer una descarga de 15 toneladas y parar, para analizar el cemento y ver si tenía las cualidades que se requerían.




En la foto anterior una vista de la zona donde atracamos en New Orleans.

Hicimos varias descargas de unas 15 toneladas y a la cuarta nos dieron órdenes de seguir la descarga sin parar pues el cemento era el requerido y en condiciones óptimas.

Cuando descargamos unas 1.000 toneladas métricas aproximadamente, las tolvas se quedaron sin cemento encima de ellas, como expliqué al principio y por lo tanto la descarga parada.

Aquí empezamos las discusiones con el personal de la terminal de cemento, pues hacían mucho hincapié en que si le daba el aire y la luz, el cemento perdería todas sus cualidades y nosotros que si no habríamos la bodega y metíamos un máquina no podíamos seguir la descarga.

Al final hubo que quitar los plásticos, meter la máquina y seguir descargando con la bodega abierta. Lo que comentaba anteriormente, en Madrid fletaban el barco de cualquier manera y nosotros apechugábamos con las consecuencias.

Desconozco que ocurrió después, pues si se estropeó el cemento habría reclamaciones, lo que si puedo decir es que no se llevó cemento a Nola.

Espero que sirva de entretenimiento y hasta una próxima historia.

Capitán Rogelio Garcés

1 comentario:

  1. Una experiencia la tuya muy interesante y muy bien explicada y resuelta. Gracias y un saludo.

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