martes, 30 de diciembre de 2014
sábado, 20 de diciembre de 2014
miércoles, 17 de diciembre de 2014
jueves, 20 de noviembre de 2014
Nueva regulación de las titulaciones náuticas para el gobierno de las embarcaciones de recreo
Hace escasamente un
mes se publicó en el BOE la nueva regulación de las titulaciones
náuticas de recreo: atribuciones y requisitos para la obtención de cada uno de ellos. (RD 875/2014, de 10 de octubre)
Estoy dentro del grupo
de convencidos que era necesario un cambio y actualización de la
norma, especialmente en el aumento de las prácticas, ¿pero tanto?.
Con la entrada en
vigor de esta norma observo con sorpresa que el aumento de atribuciones de la
titulación de PER viene aparejado con una disminución de los
conocimientos exigidos para obtener dicho título.
Antes las
atribuciones eran para el gobierno de embarcaciones de hasta 12
metros de eslora y hasta una distancia máxima de 12 millas de la costa.
Ahora, con el nuevo RD no sólo se duplica la eslora, que pasa a ser
hasta 24 metros, sino que pueden realizar travesías entre el
archipiélago balear y la península. Todo ello acompañado de una
disminución de los conocimientos exigidos que eliminan para calcular
la situación de estima en la carta el estudio del abatimiento y la
deriva causada por las corrientes. El RD indica expresamente: "Rumbo verdadero y rumbo de aguja (en ausencia de
viento y corriente)", y "Situación de estima (en ausencia de viento y
corriente)".
Por otra parte, con
la nueva normativa, un capitán de yate tiene atribuciones para gobernar cualquier buque de recreo (megayates) sin limitación de
eslora, con hasta 12 pasajeros sin contar a la tripulación mínima
de seguridad requerida. Sin embargo, a partir de ahora, esa atribución se concede con una disminución considerable
de los conocimientos exigidos para la obtención del título.
El de Capitán de Yate, hasta donde alcanza mi memoria, siempre
ha sido un título de prestigio. De recreo, efectivamente, pero de
prestigio porque los conocimientos que se requerían para la
obtención del título eran verdaderamente altos y muy exigentes. Aún recuerdo a mi padre, capitán de la marina mercante con mando de buque, luciendo con orgullo el emblema de capitán de yate en su solapa.
Particularmente opino
que quizás el título quede muy “descafeinado”
y pierda el prestigio con el que contaba hasta la publicación de
este RD.
Me pregunto también
si la intención de popularizar y dinamizar la actividad marítima
recreativa (lúdica), junto al fomento de la actividad económica
que ello conlleva, no va a estar finalmente reñida con la seguridad
en la mar.
Iñigo de Samaniego Conrado.
sábado, 8 de noviembre de 2014
lunes, 3 de noviembre de 2014
LA PACOTILLA… Y ALGO MÁS
Hola, aquí
estoy nuevamente a pesar de haberme despedido para siempre en mi último
relato; pero mi amigo Carlos me ha
pinchado tanto que no he tenido más remedio que claudicar y ya que claudico lo
voy hacer con un tema que durante toda mi vida lleva bullendo en mi
cabeza: El Contrabando.
Algunos de los lectores por no decir todos, pensarán:
“este tío se ha vuelto majareta”, pues sí, posiblemente así sea, pero tengo 81
años y es una edad muy propicia para comenzar a desvariar, aunque puedo
asegurar que cuando escribo estas líneas estoy con la mente perfectamente
clara. Pero leyendo la prensa diaria y viendo la TV, donde no hay día sin que
aparezca un nuevo caso de corrupción, yo
me he dicho que hablar de este tema tan escabroso no va a escandalizar a nadie.
Eso sí, antes de seguir adelante quiero pedir perdón a todos aquellos
compañeros y personas allegadas a la profesión de Marino que puedan sentirse
ofendidos con mi relato, ya que mi intención
no es culparlos; cada cual ha sido dueño y señor de sus actos y yo no
soy quién para juzgar a nadie, pero como digo al principio este tema lleva
dándole vueltas a mi cabeza casi desde
que tengo uso de razón.
Muchos se preguntarán a qué se debe esta obcecación
casi enfermiza mía por este tema, yo contestaría simplemente: Herencia
Genética. Mi abuelo y mi tío-padrino
llegaron al grado de Coronel de Intendencia y ambos murieron con “lo puesto”,
cosa rara con el cargo, la especialidad y los años que les tocó vivir. Mi padre
se pasó 5 años en un campo de concentración porque siendo 2º Oficial fue
acusado de pertenecer al partido socialista por el simple hecho de intentar
oponerse a los trapicheos que en cuestión de contrabando y manutención se
cocían a bordo. Cuando yo conocí verdaderamente a mi padre ya había hecho la
Primera Comunión. Eso me marcó para toda
la vida.
Ahora vamos al grano. En primer lugar quiero hacer
una distinción entre CONTRABANDO con
mayúscula y contrabando o trapicheo.
El enunciado de mi relato es “La Pacotilla y Algo
Más”. El término “pacotilla” encontrado en Google es el siguiente: el género
que los marineros podían embarcar por su cuenta sin pagar flete. Yo no estoy
completamente de acuerdo con esta definición ya que en los 38 años que he
estado embarcado, nunca he visto que la tripulación se dedicase al transporte
de mercancía por su cuenta, eso sí, cada viaje tenían derecho a un número
limitado de artículos sin pagar impuestos, el “entrepot” (especialmente tabaco
y alcohol) que se consumían a bordo o bien lo destinaban para sus… Hogares.
Creo sinceramente que esa mezcla entre
pacotilla y “entrepot” es la causa y origen de lo que podríamos llamar
contrabando y que si se hacía de acuerdo con ciertos elementos de la propia
Aduana podría llegar a convertirse en CONTRABANDO, aún lejos y fuera de lo que hoy día leemos de
vez en cuando en los periódicos sobre alijos que los servicios de Aduana
interceptan en alta mar y que se dedican al tráfico de estupefacientes. Esas
son palabras mayores que no tienen nada que ver con lo que yo intento relatar.
Mi primera experiencia del contrabando la comprobé
cuando tenía 17 años; mi familia era amiga del Gerente de la Compañía Cabo Páez
de Málaga y cuando éste se enteró que
había obtenido el título de Alumno, me invitó a que hiciera un viaje a bordo de
uno de los barcos que cubría la línea de Málaga-Ceuta-Málaga.
Cuando embarqué por la noche en dirección Ceuta,
embarcaron al mismo tiempo muchísimas mujeres, todas ellas más bien delgadas
tirando a flacas. En el viaje de vuelta a Málaga, esas mismas mujeres se
encontraban en la Cámara del barco ayudándose unas a otras a meterse toda la
mercancía que habían comprado en Ceuta, en las fajas que ya tenían preparadas
alrededor de todo el cuerpo; se pasaron toda la santa noche en esa labor y
hablando de precios de la mercancía comprada y a la mañana siguiente a nuestra
llegada a Málaga desembarcaban por el portalón gordas como si las hubiesen
cebado durante el viaje. Eso me hizo pensar en la época del estraperlo y en lo
mucho que tenían que hacer y cavilar la gente para poderse ganar dos pesetas.
¿Quién no recuerda el mercadillo que existía a la
salida del puerto de Málaga, donde los malagueños podían comprar tabaco,
bebidas, quesos… que los tripulantes del melillero traían a diario y que se pasaban todo el día abasteciendo
a las vendedoras del mercadillo?. Todo ocurría de la forma más impune a la
salida del puerto y enfrente de las mismas oficinas de la Aduana. Tenía un
amigo que navegaba en Transmediterránea que me contaba que el oficial encargado
de pagar y de que le firmaran la nómina las pasaba canutas el día de pago, ya
que nadie quería perder tiempo en molestarse por cobrar, porque la nómina era
una miseria en comparación con las ganancias que proporcionaba el mercadillo.
.
Mi primer embarque fue en un carbonero y en el pasé
nueve años; como los viajes que hacíamos eran desde Asturias a puertos
españoles del Mediterráneo, allí no había nada que rascar en el sentido de
contrabando y fueron años tranquilos en ese sentido. Solamente a mis oídos
llegaban comentarios de amigos que hacían viajes al extranjero y todos ellos
coincidían en que los puertos ingleses eran temidos por los fondeos que hacían
los aduaneros buscando el coñac que -supuestamente-
llevaban los españoles, eran muy severos. Contaban anécdotas, una de ellas era
que habían roto una botella de coñac en una de las carboneras para que los
perros que llevaban detectasen el olor del coñac, y los aduaneros habían
removido todo el carbón que suponían unas cuantas toneladas sin ningún éxito.
Otros contaban que solían poner azufre en los rincones y cuando los perros lo olían quedaban
inutilizados para el trabajo que tenían encomendado, todas estas son
historietas que ni siquiera sé si son verdaderas. En cuanto a los puertos
españoles se refiere, todos coincidían
en que en cada puerto siempre había un miembro del fondeo con fama de
duro, pero que esa fama severa de comportarse sola la ejercía con los barcos
que hacían escala de forma irregular, con ellos se justificaban, pero con los
buques que hacían línea regular procedentes del extranjero o de Canarias, el
negocio estaba asegurado salvo en raras ocasiones. Mejor que yo, sobre este
tema debería escribir mi buen amigo el “Rey de Duragloss”, bien conocido en
Barcelona, un saludo desde la Ciudad del Paraíso a la ciudad del vino Fino.
Solamente una vez que hicimos escala para carbonear
en Ceuta, a nuestra llegada a Gijón “sufrimos la embestida” del fondeo, toda
una mañana se pasaron para encontrar unos cuantos mecheros, aquellos que
llamaban de martillo y que costaban a cinco pesetas y un transistor sin
declarar.
Si mi estancia a bordo de este barco durante tantos
años fue tranquila en lo referente al tema del contrabando, no fue lo mismo
tratándose del tema sindical, me refiero en aquella época a los “SINDICATOS
VERTICALES” (otro tema escabroso). Me hice especialista en visitar todas las
sedes de los Sindicatos esparcidos por los puertos del Mediterráneo, ya que el
equipo de Fogoneros y Paleros que formaban la tripulación del buque, con toda
la razón del mundo iban a protestar en todos los puertos, bien fuera por la
comida o bien fuera porque el vino tenía más o menos agua. Me explico: hombres
que ganaban 800 pesetas al mes, (las horas extras si existían, se compensaban
al llegar a puerto), los sobordos para ellos suponían unas 200 pesetas por
viaje (uno al mes), y que estos hombres que manipulaban 24 toneladas de carbón
diariamente que era el consumo del barco navegando. 24 toneladas que
transportaban desde las carboneras hasta las bocas de los hornos, que las
metían en los hornos para quemarlas y que una vez quemadas y reducidas a
cenizas las tenían que sacar y echarlas al mar, lo menos que podían pedir era
estar bien alimentados, cosa que con 17 pesetas por hombre y día (cinco menos
que la oficialidad), contando además con lo que solían arañar los Mayordomos
para su propio bolsillo, resultaba de todo punto imposible conseguir. Por esa razón iban un día sí y el otro también
para protestar en el Sindicato. Los
Sindicatos les daban normalmente la razón a los tripulantes, a continuación
hacían llamar al Capitán y este solía delegar en un Oficial. El Oficial que ya
conocía el cuento de memoria lo exponía en el Sindicato y si te vi no me
acuerdo, hasta el próximo puerto que se volvía a repetir la historia.
Pero ¿qué se le podía pedir a un Sindicato Vertical?;
un Sindicato que la mayoría de las veces estaba presidido por un Empresario (en
nuestro caso un Armador o un Almirante). Para evitar tener que hacer lo que
verdaderamente podría hacer desaparecer el problema que era aumentar los
sueldos y la manutención, lo único que hacían era aumentar la burocracia,
editando unos libros de comidas, donde era obligatorio anotar los menús
diarios, las cantidades servidas y las calorías suministradas, una verdadera
galimatías para que nos olvidásemos de protestar tanto. El Mayordomo era
obligado a ser acompañado por un oficial y un subalterno cuando iba al
provisionista o al mercado para efectuar las compras. Nunca podré olvidar que
en mi buque se dio el caso de un marinero que se tomó tan a pecho lo de llevar
el control al Mayordomo, que comenzó a desvariar y como su capacidad para los
números no era de lo mejor, finalmente terminó suicidándose.
Hoy en día los Sindicatos son otros bien distintos,
pero a juzgar por lo que leemos en los periódicos no hemos mejorado mucho y, si
además leemos que un chico de apenas 20 años ha llegado a engañar a tantísima
cabeza pensante, incluso ha llegado a colarse sin que nadie lo notase, ni
siquiera los medios de seguridad en un acto en el Palacio Real y se le ha visto
saludar al Rey, se comprueba que España dispone de una magnifica cantera de
sinvergüenzas con lo cual nos podemos preparar para que la corrupción no sea cosa de dos días. Cierro este tema porque
presiento que Pablo Iglesias me va a querer fichar para PODEMOS, y ya no tengo edad.
Volviendo el tema del contrabando. En 1961 cambié de
Compañía, embarqué en un barco que hasta entonces se había dedicado a traer
nitrato de Chile, pero como el dólar se puso por las nubes y el paso del Canal
de Panamá había que pagarlo en dólares, el Armador consideró que aquel tráfico
ya no resultaba rentable y se terminó
Chile. El año que –aproximadamente- permanecí embarcado en él nos dedicamos al
transporte de fertilizantes entre Estados Unidos y norte de Europa y España,
salvo un viaje que hicimos desde Avilés al puerto cubano de Mariel con lingote
de hierro. En esta nueva etapa poco había que rascar, pero no paraban de hablar
de lo rentable que resultaban los viajes a Chile, allí se vendía todo, todo lo
que tuviese sello español, desde una baraja de cartas hasta una botella de
coñac pasando por abanicos…Contaban que se hacían alijos cerca de la costa todo
muy bien organizado. Hasta que un viaje el alijo se efectuó a una banda
contraria de forma equivocada y el Mayordomo, que era el jefe de todo el
cotarro, llegó a ofrecer un millón de pesetas (de aquella época) para intentar
saber quiénes fueron los receptores y poder recuperar la mercancía.
El Mayordomo conocía bien los mercados y los
mercaderes, le sacaba provecho a todo. Los 15 días que pasamos en Mariel
descargando el lingote logró una autorización de la Aduana para abrir una
especie de cantina donde se vendían toda clase de productos españoles. Recuerdo
que los cubanos se pirraban por una bebida mezcla de coñac y sidra que ellos
llamaban: “España en llamas”, todo eso acompañado de chorizo, salchichón y toda
clase de embutidos. Un día que me encontraba en mí camarote descansando,
sorprendí una conversación del Mayordomo con un oficial de Aduanas, hablaban de
negocios, de dinero; el Oficial comentaba: “tenga en cuenta que aquí somos
muchos a chupar”, no hay que ser muy astuto para saber de qué iba la cosa.
Desembarqué de este buque y embarqué en la que ha
sido mi Compañía durante 27 años, donde llegue a ejercer de Capitán durante 24
y por consiguiente responsable de todo lo que tuviese relación con el tema del
contrabando. Durante este periodo de tiempo lo único que puedo decir es que he
intentado por todos los medios comportarme lo mejor posible de acuerdo con mis
principios.
Embarque por primera vez como 2º Oficial, haciendo
la ruta Norte de Europa-Bilbao- Marruecos (Casablanca, Kenitra y Tánger). El
Capitán era muy estricto con lo referente al contrabando. No obstante, en la
Compañía existía un acuerdo no escrito, por el cual se permitía al Cocinero
ayudarse para la mejora de la comida con las ganancias que le pudieran producir
la venta de cuatro cajas de tabaco. Eso era todo. El resto sálvese el que
pueda. Y como siempre hay gente para todo ya que había infinidad de artículos
que no eran tabaco o bebidas que se podían traer del Norte de Europa y que las
parejas de carabineros que ponían de guardia en el portalón lo comercializaban
sin ninguna clase de pudor.
Al año y medio ascendí a Primer Oficial cambiando al
mismo tiempo de buque. El Capitán que me tocó en suerte no era del mismo talante que el anterior, le
gustaba más un duro que a un tonto un lápiz. La línea que hacíamos era
solamente Norte de Europa – Norte de España. Su camarote se llenaba de todo lo
inimaginable, abrigos, camisas que no era necesario planchar, latas de chata,
pastillas para el estómago. Nuestro trato fue el correcto hasta que un día me
pidió que le hiciera un rinconcito discreto en la bodega para meter algunas
cajas de tabaco. Yo me negué, pero como él era el Capitán se lo encargó
directamente al Contramaestre. Pensaba pedir el traslado de buque, pero no fue
necesario porque fui transbordado inesperadamente a otro barco que estaba de
salida y le faltaba un oficial.
En este barco las normas eran las mismas que para el
resto de buques de la Empresa. La diferencia con el anterior era que el Capitán
las intentaba cumplir a rajatabla. Aquí puedo contar la anécdota que ya narré
en MIL AÑOS DE MAR. La Aduana holandesa tenía por costumbre anotar en un
documento que quedaba a disposición del Capitán, cada vez que venía a bordo
para meter en el sello los artículos de entrepot que aportaba el provisionista,
por esa razón sabía que se habían comprado una gran cantidad de puros
holandeses. Cuando salimos a la mar y después de haber indagado que los puros
pertenecían al personal de máquinas, hizo llamar al Puente al Jefe de Máquinas
y en mi presencia le hizo tirar al agua, caja por caja, todas las que figuraban
en el documento de Aduanas. A nuestra llegada a Bilbao tuvimos problemas de
maniobra; al pasar por el puente de Deusto, por falta de aire para arrancar el
motor, el buque quedó acostado contra los pilares del puente sin que este
pudiera cerrarse y se formó un jaleo grande al tener que interrumpirse el
tráfico por mucho más tiempo que lo normal. Posteriormente nos enteramos que la
falta de aire fue debida a que los puros que deberían haber ocupado las cajas
que se arrojaron al mar, se habían reubicado en una de las dos botellas de aire
que se utilizaban para arrancar el motor. El Jefe de Máquinas resultó ser más
pillo que el Capitán.
El tiempo que estuve ocupando plaza de Capitán,
prácticamente lo hice al mando de buques frigoríficos, haciendo rutas en las
cuales no se pensaba ni en trapicheos ni en contrabando. Solamente en ocasiones
esporádicas que me tocaba hacer algún relevo en barcos que seguían haciendo la línea al Norte
de Europa tuve que tener los cinco sentidos puestos para evitar que se
cometieran demasiados excesos, ya que mi sorpresa fue descubrir que existían
tanques de combustible que no se empleaban y que estaban perfectamente
preparados para albergar cajas de tabaco, lo cual me hizo pensar que el
contrabando de tabaco seguía existiendo, ahora a gran escala. Eso correspondía
perfectamente con la animadversión que yo presentía hacia mi persona por parte
del cuerpo de fondeo y las frecuentes preguntas que me solían hacer sobre mi
permanencia en la línea. Durante el tiempo que estuve haciendo la línea Norte
de Europa-Norte de España tuve muchas ocasiones de contacto con los
funcionarios de Aduana. Una vez, uno de ellos me dijo que a los ojos de la
Administración de Aduanas, todos los marinos éramos unos contrabandistas en
potencia y me lo tuve que tragar.
Después de tantos años en la profesión tenía la
suficiente información para saber que el contrabando en los buques no hubiera
sido posible si no hubiera existido un entendimiento mutuo entre ambas partes.
Hoy, después de 26 años en que dejé la profesión no sé cómo estará ese
ambiente, la vida ha cambiado muchísimo, el principal motivo que llevaba a los
marinos a ejercer el contrabando, eran los sueldos de miseria que existían en
aquella época, la agonía de muchos por enriquecerse rápidamente, la influencia
de muchos provisionistas en el manejo del "entrepot", que de no existir los
buques no hubieran tenido la oportunidad de obtener y transportar tantísimo
tabaco.
Y como creo que ya he hablado demasiado, gracias
amigo Carlos por permitir expresarme de esta forma. Un saludo y hasta siempre.
Capitán A. de Bonis
sábado, 18 de octubre de 2014
NUEVO COMBUSTIBLE PARA BUQUES (FINAL)
Actualmente
navegan en el mundo más de 40 buques
propulsados por gas natural y hay otros tantos en construcción. La previsión es
que para el año 2020 existirán más de mil embarcaciones que usen gas
natural como combustible.
En principio, el transporte marítimo más adecuado para el desarrollo del gas natural como combustible alternativo es el de corta distancia porque tiene menor necesidad de
combustible a bordo y porque -en general- son servicios regulares (lo que
reduce la incertidumbre sobre el avituallamiento).
Por tanto, los tipos de buques mejor situados son los transbordadores, portacontenedores,
las gabarras para canales y vías fluviales, embarcaciones auxiliares de puerto,
remolcadores y similares.
Las zonas geográficas con restricciones medioambientales (zonas ECA) son las que, inicialmente, se están viendo
beneficiadas por el uso de este combustible. Actualmente la mayor densidad de buques
alimentados por gas natural se da en los países escandinavos y del norte de
Europa que es donde antes se implantaron ese tipo exigencias.
Por el momento, el gas natural no es un combustible
para los barcos de transporte marítimo transoceánico, ni para los buques de pesca de altura.
MT Argonon , petrolero químico de
combustible dual (fuel/gas) El buque
tiene autonomía para ir y volver de Rotterdam a Basilea. Comenzó a trabajar en
2012
El “Stavangerfjord”,
entregado en julio de 2014, es un ferry-crucero que tiene 170 metros de eslora,
puede transportar 1.500 pasajeros y 600 vehículos. Los motores principales son alimentados exclusivamente por
GNL, reduciendo las emisiones de óxido de nitrógeno en un 90%, y
las globales de dióxido de carbono en un 23%.
Primeros remolcadores del mundo propulsados por GNL. El “Borgøy” y su
gemelo el “Bokn”. Estos remolcadores, emiten el 30 por ciento menos de CO2 y hasta un 90 por
ciento menos de NOx que los barcos convencionales. El ruido se reduce en un 70%
y el humo, el hollín y las partículas no se emiten en absoluto.
Entre la cuarentena de
barcos actualmente en construcción hay algunos para el tráfico en Norteamérica;
entre otros, tres portacontenedores para una línea entre Estados Unidos y
Puerto y Rico y tres transbordadores que serán los primeros en operar con gas
natural en Canadá.
Otras dos construcciones
que por su particularidad detallo más abajo son:
Primera
gabarra híbrida de gas natural, con entrada en servicio prevista en 2015, equipada
con 5 alternadores con una potencia de 7,5 MW, que permitirá al
puerto de Hamburgo ser el primero de Europa capaz de suministrar energía
eléctrica (nota 1) a buques crucero en puerto
La sociedad de clasificación norteamericana ABS y el astillero surcoreano Daewoo estudian un proyecto para construir el
primer buque para la perforación del fondo marino (drillship) propulsado con
gas natural licuado (LNG).
A pesar de todo lo escrito sobre la bondad del gas
natural en las cinco entradas tituladas “Nuevo combustible para buques”,
deberíamos considerarlo como un combustible de transición.
La meta final tendría que ser la de llegar a un modelo
energético cien por cien renovable que, según estudios realizados por
Greenpeace, puede ser viable aunque lejana.
Nota (1).-
Cada
vez más se está extendiendo una técnica (llamada “cold ironing” en inglés)
mediante la cual se suministra alimentación eléctrica de la red de tierra a los
buques atracados en puerto, a fin de que éstos puedan apagar sus motores y
generadores auxiliares.
Dicha tecnología está encaminada a lograr la
sostenibilidad ambiental de los puertos, ya que las emisiones producidas por la
generación de electricidad de una red general (o de una gabarra usando GNL)
son mucho menores que las producidas por
los motores de la embarcación.
Carlos Navarrete
domingo, 21 de septiembre de 2014
COGIENDO ARRANCADA
Marina de Gómez Navas
Es cierto que -a
los tres años de su botadura- tan sólo cuenta con algo más de diez mil visitas,
pero también es verdad que seis mil corresponden al último año.
El número de
entradas en los últimos doce meses ha sido de treinta, duplicando las existentes hace un año y además hemos
ganado un nuevo colaborador que se ha estrenado con un par de interesantes relatos.
Como actual administrador agradezco a los colaboradores habituales su interesante
y valiosa participación y les aliento a
que continúen apoyando el blog con sus
escritos.
Pero especialmente quiero invitar y animar a todos los
tripulantes del “Círculo Marítimo-Junta de desguace” a participar como autores,
comentaristas y lectores de nuestro blog.
Me gustaría que, con la ayuda
y empuje de todos, cuando el próximo año
hagamos balance del cuarto aniversario del blog podamos titular la entrada
correspondiente con un rotundo “Avante
toda”·
Carlos Navarrete
lunes, 1 de septiembre de 2014
NUEVO COMBUSTIBLE PARA BUQUES (4)
Aunque ya
conocemos las ventajas del uso del GNL como combustible, en esta entrada vamos a señalar algunos de los
inconvenientes que representa su uso aunque, la mayoría de ellos, están ya
superados.
Desde el punto de vista técnico,
todo lo que tiene que ver con los riesgos del manejo y del almacenamiento del
gas, tanto en los barcos como en los puertos, requiere ciertas estructuras muy
complejas. Debemos recordar que para que el gas natural se mantenga licuado
(GNL) hay que almacenarlo a temperaturas criogénicas y a presiones de hasta 15
bares; para mantener esas temperaturas y/o presiones se requieren tanques de
composición especial, con buen aislamiento y gran resistencia.
Otro punto a considerar es que el
volumen del combustible a bordo de un barco de gas es más del doble que si
lleva fuel; además, mientras un tanque de fuel se adapta a cualquier forma del
barco y contiene un líquido a presión atmosférica, el GNL (como hemos indicado)
tiene que almacenarse en cilindros o tanques especiales, por lo que es preciso
decidir técnicamente donde ubicar los tanques, teniendo en cuenta también su
influencia en la estabilidad del barco.
Manejar el gas es complejo y pueden
producirse fugas o venteos a la atmósfera que significan un riesgo de incendio
o un grave problema de impacto ambiental; no hay que olvidar que el metano,
principal componente del GNL, es un gas
de efecto invernadero 20 veces más potente que el CO2
Esquema instalación sistema de combustible a bordo
Por lo
anteriormente mencionado, el personal de tierra y las tripulaciones en este tipo de buques requieren una completa formación
específica.
Suministro
de combustible por camión cisterna
Los factores que más condicionan el desarrollo del consumo de GNL como
combustible son: la falta de infraestructura de abastecimiento en los puertos y
la inexistencia de una normativa común.
Para superar estos inconvenientes, las autoridades
europeas están elaborando una directiva para el desarrollo de una
infraestructura de suministro, donde se contempla la existencia obligatoria de estaciones de toma de combustible de GNL en todos los puertos de la red básica de
puertos europeos antes de fines de 2020.
Suministro
de combustible barco/barco
Por otro lado, la directiva prevé que este año
2014 tiene que estar terminada la normativa común para todas las instalaciones
de suministro.
Carlos Navarrete
miércoles, 20 de agosto de 2014
TRAVESÍA A LA ANTÁRTIDA (II)
Durante la travesía tuvimos ocasión de avistar enormes ballenas jorobadas, tan pesadas y robustas que llegan a medir los 20 metros de longitud y alcanzar las 65 toneladas de peso, y ser acompañados por blancos albatros errantes, de hasta los 3,5 metros de envergadura lo que les convierte en el mayor ave del planeta, y por petreles gigantes que planean casi siempre con un ala rozando el agua. Ya próximos a tierra encontramos skuas, violentas aves depredadoras que comen tanto huevos como polluelos y también otras aves adultas.
La Antártida, con sus 14 millones de km², es la región más seca, fría y ventosa del planeta. Las temperaturas y la meteorología son extremas. Es un continente de roca volcánica cubierto permanentemente de una capa de nieve y hielo que lo convierte en prácticamente inaccesible al ser humano. Alberga el 80% de agua dulce del planeta y una riqueza mineral de incalculable valor. Quizás sea esto último lo que hace que 30 países hayan situado allí 65 bases de investigación y, algunos de ellos, reclamen derechos territoriales.
Salto de ballena jorobada desde el buque "Las Palmas" de la Armada.
La Antártida, con sus 14 millones de km², es la región más seca, fría y ventosa del planeta. Las temperaturas y la meteorología son extremas. Es un continente de roca volcánica cubierto permanentemente de una capa de nieve y hielo que lo convierte en prácticamente inaccesible al ser humano. Alberga el 80% de agua dulce del planeta y una riqueza mineral de incalculable valor. Quizás sea esto último lo que hace que 30 países hayan situado allí 65 bases de investigación y, algunos de ellos, reclamen derechos territoriales.
Durante nuestra estancia en el
continente helado visitamos diferentes bases antárticas: argentinas, británicas,
ucraniana y, como no, la española
“Gabriel de Castilla”, en la Isla Decepción, donde el buque de la Armada española “Las
Palmas” nos dio la bienvenida y participó en la Base en la celebración de la ceremonia militar que conmemoraba nuestra visita ; y que después la Armada publicó en su página web:
La dureza del clima
antártico hace que su vegetación sea casi inexistente por lo que el paisaje es
prácticamente homogéneo, como si de un
desierto helado se tratase. Sin duda la presencia de vegetación marina, con una
gran diversidad de hongos y algas, es lo más relevante.
La fauna es muy escasa
en el continente pero no así en el océano que le rodea, cuyas aguas están
apenas por encima del punto de congelación (-1,8ºC): grandes colonias de
pingüinos de 18 diferentes especies, focas, leones marinos, ballenas jorobadas
y ballenas azules que llegan a medir 32 metros de longitud alcanzando 85 toneladas de peso, y a veces más, siendo el mayor mamífero que
existe y haya existido en el planeta.
Colonia
de pingüinos en Port Lockroy.
La combinación de temperaturas extremas, los fuertes vientos reinantes, el más que frecuente y temible estado de la mar, y la circunstancia de que durante el invierno los hielos avancen congelando el mar colindante hasta alcanzar 30 millones de km2 de superficie de continente helado, nos hizo sentir que la naturaleza reclamaba lo que le pertenecía: su espacio.
Pingüino
haciendo guardia de centinela. Puerto Yankee.
La apasionante emoción de la aventura
diaria junto a la salvaje armonía de la naturaleza en su estado más puro es lo que podría definir la esencia de la Antártida, quizás el continente más hermoso y solitario
del planeta.
Puedo asegurar que ha
sido la experiencia más intensa que haya podido sentir en mi vida, tan solo
igualable a la paternidad, ya que en la mar también me sentí trascender.
Clipper Europa en navegación desde el botalón de proa.
Iñigo
de Samaniego Conrado.
martes, 12 de agosto de 2014
TRAVESÍA A LA ANTÁRTIDA (I)
Durante el año 2008 y
tras una secuencia de serios problemas de salud, que me llevarían más tarde a
la incapacidad laboral absoluta, quise
cumplir un sueño: navegar como tripulante
en un Clipper de 1911 hasta la Antártida atravesando el temido Mar de
Hoces y doblando el mítico Cabo de
Hornos.
Clipper “Europa” Características técnicas
Construcción:
|
1911
|
Matricula:
|
Scheveningen,
Holanda
|
Eslora total:
|
56 metros
|
Manga:
|
7.4 metros
|
Calado:
|
3.9 metros
|
Guinda:
|
33 metros
|
Superficie vélica:
|
1.250 m2
|
Motores:
|
Carterpillar 2 x 365 hp (268kw)
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Fue una locura por las
condiciones físicas que presentaba en aquellos momentos y los riesgos añadidos que conllevaban, tanto para mí como para el resto de la tripulación, pero la
fascinación que sentía pudo con mis limitaciones, las advertencias de
mi padrino, resto de familiares y amigos, mis propios temores y la lógica de la razón. El 30 de
diciembre de 2008, aprovechando la conmemoración del Año Polar internacional,
emprendí viaje para sumarme a esa expedición tan soñada.
De
guardia nocturna fondeados. Islas
Melchior.
Zarpamos desde “la ciudad del fin del mundo”,
Ushuaia – l= 54º 48’ S – L= 68º 19’ W -
y alcanzamos los 65º 15’ S, navegando transportados por sus fuertes vientos, tan temidos por
intensificarse a causa del sistema de
depresiones que circula alrededor de la Antártida, conocidos como los 40º
rugientes, los 50º bramantes y los 60º aulladores debido al ruido ensordecedor
que producen al chocar contra la jarcia y la arboladura.
Avistamiento
de icebergs en navegación. Punta Hannah.
La presencia de enormes icebergs hacía extremar la vigilancia durante las gélidas guardias de puente. Todo mientras nuestra proa se iba hundiendo con majestuosidad para volver a emerger orgullosa, rodeados por una mar a veces serena, con amplias y lentas olas, y a veces pesadilla inolvidable con montañas de agua de más de 12 metros de altura.
El dormir entre las guardias se convertía en tarea casi imposible, ya que uno se mueve en la litera como una pequeña pelota dentro de una caja de zapatos, la única solución consistía en el viejo truco marinero de encajar el chaleco salvavidas y el traje de supervivencia bajo la colchoneta de apenas 60 cms. de anchura y así tratar de contrarrestar los incesantes balances y cabezadas, a veces acompañadas de fuertes pantocazos.
Jarcia
de labor cubierta de nieve desde un ojo de buey.
Iñigo de Samaniego Conrado.
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